Hace rato no me tiraba mirando al cielo, la combinación perfecta árbol-nube. Pero como desde hace un tiempo, he vuelto a hacer las cosas que me gustan, esta vez contigo.
Tú recostada en mi pecho, yo perdida por ahí en tus ojos, nosotras divagando en el pasto.
Me encanta saber que podemos vivir de lo nuestro, y así no morir nunca, esos planes que pensé lejanos, y ahí estamos; rondándolos, impacientes por palparlos.
Imagina; tú y yo, corriendo por la ciudad de noche, después de un lindo día de trabajo, no esclavitud, no obligaciones, no rutina; amor por aportar en lo que creemos. Un día templado, abrigadito de levantarse a buena hora, rico de desayuno a la cama, suavecito de abrazos constantes, llenito el corazón de acciones que de cualquier manera posible nos llevan a lo que queremos.
Ya sea tú llegando a probar mi almuerzo, o yo cayendo en la noche a tus brazos, siempre nosotras en nuestra utopía.
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