jueves, 20 de agosto de 2015



He querido volver durante todo este tiempo, me carcomía el reloj extraño ese, me carcomía peor que la sarna que tengo en el corazón.
He querido volver porque construimos un puente y lo dejamos a la mitad, y los animales que viven en este río al que caímos me empujan hacia el fondo, ¿hacia dónde te llevaron a ti?.
He querido y no he podido, y ya aprendí a respirar el agua, pero prefiero fingir que no sé y respirar litros de olas que con maldad solapada me llevan hacia el mar.
Quiero aún, pero callo, callo abriendo la boca en alguna dirección, con tal de respirar un poco más de líquido, y que la basura silencie mis teorías amorosas, esa basura que sabe nadar mejor que yo, y le concedo la autoridad para callarme aunque revienten mis arterias de petróleo.
Quiero y querré, pero en el fondo del acantilado mis uñas erosionan las paredes, y sólo hablo por las noches, mientras duermes, le hablo a las raíces rebeldes que se asoman desde la tierra, esas que se alimentan de las aguas que me correspondía tragar, les hablo de ti y se ríen, porque ellas saben que sé nadar, pero también saben que trozos de nuestro puente cayeron y me dejaron ciega, ellas saben todo y recolectan mis lágrimas, ellas saben de ti y me arrullan por la mañana, cuando vuelvo a callar, cuando vuelvo a mirar hacia arriba para ver si vuelas por ahí aún, como un fantasma tan presente, que mientras más me hundo más fuerte canta, y lanza los escombros de nuestro puente sobre mi, cuando no me oye los poemas que intento recitar, porque me falta garganta para gritar. He querido volver pero no si no te encuentro arriba en nuestro puente, he querido volver y no logramos coincidir, ¿querrás de nuevo coincidir?.