sábado, 21 de septiembre de 2013

Nes

Nunca cambiaré la primera visión y  recuerdos que tengo a la llegada de la odiosa esa, pero aún así era inevitable encariñarme desde que a vi.
Es un regalo, poder ver como crece, es un bebé, mirar como come, como juega, descubre, se interioriza con si misma, cómo aprende qué y cómo son las cosas, las veces que aprendió que su cola y sus patas eran parte de su cuerpo y no presas, porque le dolíó al morderlas, cada vez que se asusta con sonidos raros, o salta de felicidad por el patio.
Cara de quiltra innegable, orejas chistosas y el resto tan ordinario como tierno, feliz de revocarse en la suciedad como si le gustara oler mal, y buena para no controlar su uñas afiladas, nada que decir, flaca fea, sólo espero verte llegar a vieja, y todo el proceso, con nosotras.

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