jueves, 28 de mayo de 2015

Má, mamá, no me quieres, no me quieras
má, mamá, no te quiero, no te quiero querer
má, no soporto, porque me desligo, me despego
tu vientre no es más mi almohada, tus brazos me ahogan
te quedé debiendo, es cierto, ¿pero dónde estabas tú?

mamá, no te quemes, mamá, aléjate, mamá,
mamá púdrete, mamá déjame olvidarte
mamá, nos quemaste, mamá, nos alejamos,
mamá, estoy podrido, mamá, déjame olvidarte.

Es que siempre te gustaron las rosas, y te sentabas con una en la ventana
y la luz entraba para alumbrar la sangre que desbordaba la casa,
durante años desbordó la casa con tu sangre, abundante, caliente
nos ahogamos y nos quemamos todos juntos,
todos nos aferramos a distintos muebles, muebles viejos
y con ellos flotamos a distintas esquinas de la cuadra,
y la cuadra entera se convirtió en pantano, en espectadora de noches,
de días, de tardes de caminatas veloces cerro abajo con el ceño fruncido,
doblegando ideales como última opción, regando el suelo hasta quemar el pasto,
pensando en cómo arrancar esas rosas de tu suelo, de nuestro suelo
sin ahogarnos todos juntitos, a tu vera, sin desbordar casas, paredes, muebles, pero aún así

mamá, no te quemes, aléjate, mamá,
mamá púdrete, mamá déjame olvidarte
mamá, nos quemaste, nos alejamos mamá,
mamá, estoy podrido, mamá, déjame olvidarte.

Oye mamá, me gustan tus rosas nuevas, tu gusto triste por las espinas
pero no son las mías, no quiero sean las mías, mis brazos están hechos de pétalos
y me quemó, mamá, los antiguos brazos, me quemó, mamá, tal como te quemaste tú
me gustan tus rosas, pero tarde o temprano las abrazas tanto que queman,
te quitaría todas las rosas, te rodearía a tí de una cerca, pero luego te quedarás sola
y a mis espaldas plantarás rosas, a espaldas de todos plantarás rosas

mamá, no te quemes, mamá, aléjate, mamá,
mamá púdrete, mamá déjame olvidarte
mamá, nos quemaste, mamá, nos alejamos,
mamá, estoy podrido, mamá, déjame olvidarte.

mamá, me desprendí de tu pecho, y escucharte ahora se me hace odioso,
tenerte ahora se me hace odioso, ahora que no me tengo ni a mi misma,
mamá, sigue por tu caminito espinado, y yo seguiré por el mío,
no te necesito más, me tapaste la nariz cuando quería respirar, aprendí a vivir sin aire, mamá
no me hará falta vivir sin ti, aprendí a no necesitar, no querer, no apegar, nunca más
si es menester tendrás tus semillitas de vuelta, que para plantar una rosa nueva
sólo me hace falta dormir una noche bajo tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario