lunes, 18 de mayo de 2015

J

Me fui y fui feliz, hice lo mío y no mire hacia atrás,
me rompí las rodillas, la cabeza, el corazón, los pulmones,
ya no me quedan dedos y mi pelo se esta cayendo,
he aprendido a dejar de llorar, no sin antes quedar seca,
ahora vivo sobre un pilar, y ella me ayuda a solidificar mi suelo,
pero ahora él me dice que hará lo mismo y no lo puedo soltar,
no lo quiero dejar, me da miedo, nunca le diría que no,
sé lo que pasará y tengo miedo, rabia, pena, mucha pena
frustración, no entiendo nada, es estúpido pero no sé nada,
 no quiero que lo haga, me siento egoísta, estúpida,
vieja, podrida, y quiero podrirlo quizás.

Es como si quisiera que se suicidara suavecito, o suicidarlo yo,
con algo de cariño, dejarlo caer de un edificio y  cuando llegue abajo,
prestarle una cama y una almohada y mucha comida,
y decirle que duerma, que no pasa nada, que junte a los suyos
y los ponga junto a él, que me deje seguir teniendo miedo porque
solo así mantendrá su almohada, su comida y su gente.
me siento omnipotente y de nuevo egoísta, estúpida y niña
porque abrí una herida, la infecte, le eché alcohol y luego
dejé que él hiciera lo mismo, y le di el alcohol también.

Había un pantano asqueroso, y el monstruo que vivía en él nos
ataba a sus raíces, raíces de pantano, podridas, ranas y fango,
yo corrí y corté esas raíces, el se quedó y alimentó esas raíces
ahora él quiere cortarlas y yo le ayudaré llorando, le ayudaré mientras
le quito el filo a sus tijeras, con mis manos porque me duele,
algo así me duele, como subir una escalera con una mochila gigante,
lanzarla al vacío para quitarme peso y ver que la mochila se rompió, se abrió,
y cayó por completo sobre tus pies, anclados aún al piso.

No quiero más, no más cuerpo, no más rabia, no más edificios, ni llantos,
ni familias, ni egos, ni pantanos, ni escaleras, ni muertes, muertes, y pudrición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario