martes, 24 de septiembre de 2013



Me encanta ese sentimiento como tibiecito de estar contigo, ese calor por la mañana que reemplaza la comodidad de la cama por un día cómodamente soleado.

¿De qué hablo? Estoy segura has sentido lo mismo, esa sensación de seguridad e incertidumbre eterna, tan combinada que no sabes ya cómo llamarla.

Estás en la realidad de tener a alguien que te ama tanto a tu lado, pero de ninguna manera lo llegas a asimilar por completo, tan lindo y raro, como al principio, eso de tener a la otra por completo, como un globo enorme, que atado a tu mano, no te deja poner los pies en la tierra.




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